1-. Entender tus estados de ira, enojo, disgusto, depresión et al. Cada vez que los sientas, analízalos con AMOR.
2-. Entender que las respuestas negativas no son respuestas negativas HACIA TI, sino simplemente manifestaciones de los malestares del otro o de su particular forma de ver el mundo.
3-. Sea como sea, mantener una actitud positiva, es decir, no reactiva sino PROACTIVA.
4-. Si se observan nuevamente respuestas negativas, conviene dirigir tu vista hacia otro lado, sin cuestionarse uno a sí mismo ni al otro, que puede ejercer el derecho de ser como pueda o como le dé la gana.
5-. Al fin llegas a vivir en tu piel con naturalidad, en tu esencia, sin juzgar ni permitir ser juzgado.