miércoles, 18 de abril de 2012

El niño que sufría y se hizo infiel

Érase una vez un niño que sufría viendo a su madre sufrir por las infidelidades de su padre.  El niño sufría y sufría mientras consolaba a su madre sin consuelo. Mas un día, el niño se hizo joven y se quiso librar de su dolor.  No encontró otra forma que hacerse un seductor.  Amaba y amaba, quería a una y a otra. Con todas ejercía esa honestidad del alquimista de amores:   no te prometo nada, el amor es solo un juego y el sexo también. Quería con esto demostrar el pobre niño grande que el dolor de su madre había sido completamente innecesario porque se podía amar así con un compromiso sin compromiso, delicuescente y hacer feliz a toda dama con sus palabras lisonjeras y con la fidelidad del que es fiel a ser infiel.  Así se engañaba y engañaba el pobre niño grande.