lunes, 18 de octubre de 2010

Amor, Erotismo, Sexo

Queremos hacer del sexo el comienzo del misterio del amor, es decir, de la unión de dos en uno. Comenzamos la casa por el tejado. El gran edificio del amor, construido durante siglos, comienza en el amor, a éste se le une el erotismo, más tarde y por último, en la sagrada intimidad de dos fuertemente construida, hay lugar para el sexo. Como es un espacio sagrado, es decir, sólo a la vista del que ve y del que entiende (delicado, excelente y perfecto), los amantes cierran la puerta de su habitación. Nos lo enseñó Octavio Paz en "La llama doble" y nos lo narró con perfecta ingenuidad, es decir conocimiento esencial y primordial, Longo en "Dafnis y Cloe".