sábado, 5 de noviembre de 2011

Amar a Rubén Darío es amar: Divagación (últimos versos). Sic poeta dixit.

"Ámame así, fatal, cosmopolita,
universal, inmensa, única, sola
y todas;  misteriosa y erudita:
ámame, mar y nube, espuma y ola.

Sé mi reina de Saba, mi tesoro;
descansa en mis palacios solitarios.
Duerme. Yo encenderé los incensarios.
Y junto a mi unicornio cuerno de oro,
tendrán rosas y miel tus dromedarios".

(Divagación, Rubén Darío:  Tigre Hotel, diciembre 1894)

Amén.