lunes, 28 de junio de 2010

El Paraíso

Sólo en un paraíso el hombre no precisa tener conciencia de sí mismo. No obstante, desde el momento en que el ser humano no está solo nace necesariamente la conciencia de sí mismo y de ahí se nace a la vida terrenal. En el sencillo acto de mirarnos en otro se nace al mundo, con todo lo bueno y lo malo. El que busca paraísos compartidos, es decir, en sociedad, en este mundo, se equivoca y no sólo eso, si trata de imponer su idea a los demás nos llevará necesariamente a privarnos de nuestra libertad porque niega (nos niega) nuestra propia esencia humana.